En tanto que el verano se adormece
en las blandas praderas de los valles
y se acuesta en los bancos de las calles
cuando cesa el bullicio y anochece.
En tanto que los días se hacen breves
y tú, luna creciente, te apresuras
a templar de la noche la negrura,
y a soñar plenilunios ya te atreves.
En tanto que añoramos el verano,
las fiestas, los encuentros y la dicha,
todos nuestros recuerdos se hacen grano.
Otoño que preparas tu venida,
siembra con ellos esta sementera
veranos dulces que a gozar convidan.