Archivo de la categoría: Laluenga

Un amor más allá de mí

Sentí una inmensa paz
y un amor más allá de mí
que se enredaba y se fundía
con el de cada una de las personas a las que miraba y me miraban.
Conmigo todas y yo con cada una de ellas
y con todas.
Todos juntos. Todos, uno.

Presentar «Pétalos de luna» en Laluenga, en mi pueblo, en mi casa, en el salón de baile fue una experiencia de amor.
Sentí que compartía una felicidad que no era solo mía sino que nos pertenecía a todos los que allí estábamos.

Gracias a Eli Río por la excelente presentación.
Gracias a Helenca Clavero, Lucía Belloc, Borja Capablo y Jaime Capablo por las magníficas lecturas dramatizadas. Un honor y un lujo oír en sus voces las de los personajes de «Pétalos de luna».
Gracias a la Asociación de Mujeres Santa María Magdalena por organizar el acto.
Gracias a Toño Vicén por la maravillosa foto.
Gracias a Lourdes y a la Librería Castillón de Barbastro por el apoyo.
Gracias a todos los que compartisteis conmigo ese maravilloso momento que ya es eterno.
Gracias, siempre gracias, a Booket Planeta.

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Más de cien personas me acompañaron en la presentación de «Pétalos de luna» en Huesca

Cada presentación de «Pétalos de luna» es especial, pero la de Huesca reunía además algunas circunstancias que la distinguían:  es la ciudad en la que nací y donde he vivido muchos años, y allí vive una buena parte de mi familia y muchos amigos y compañeros muy queridos. ¡Vinieron también casi todos mis amigos de Laluenga! Mi madre también estaba allí, mis hermanos, mi marido ¡Y mi sobrino Pablo!, a quien dediqué la presentación. Estaban Blanca, Olivia, Dulzis, Agni y Tony, Daniel y Marcos… Así que me sentía, por un lado, más confiada que en ningún otro lugar, y, por otro, con los nervios que impone querer responder a las expectativas y al cariño de todos los que vinieron a acompañarme.  

Todos me lo hicieron muy fácil. Jamás olvidaré la presencia y el afecto de cada uno de los que estuvieron conmigo en ese momento. Gracias a todos con todo mi corazón.

Y gracias a Javier García Antón por su preciosa presentación, a Myriam Martínez por la magnífica crónica que escribió en el Diario del AltoAragón, a Pablo Segura por las dos primeras fotos que publico abajo, y al director del Centro Ibercaja Huesca, Roberto Cerdán, por las deliciosas palabras que me dedicó al introducir la presentación y por permitirme presentar mi novela en el Centro que dirige, un lugar muy especial para mí porque, entre otras cosas, fue el colegio en el que estudió mi padre.

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Ver más fotos: http://www.gistain.net/mas-de-cien-personas-en-la-presentacion-de-petalos-de-luna-de-maria-pilar-clau-en-huesca/

Muy bien acompañada en la presentación de «Pétalos de luna» en Barcelona

La presentación de «Pétalos de luna» en Barcelona fue muy especial para mí. Tuve un presentador de lujo, Ignacio Martínez de Pisón; y allí me encontré con familia y con muchos amigos que me envolvieron con su inmenso cariño.
Gracias. Muchas gracias a todos.
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«Escribir es una necesidad, la manera de volver a mí misma»

Muchas gracias, Picos Laguna, por esta entrevista que ha hecho llorar de emoción a mis padres.
Y gracias, Asier Alcorta, por la preciosa foto.
HA 2016-02-28 - Heraldo Domingo - DOMINGO - pag 5

Gracias por la inolvidable presentación de «Pétalos de luna» en Zaragoza

La presentación de «Pétalos de luna» en la Casa del Libro de Zaragoza fue inolvidable para mí; tanto por las preciosas palabras que dedicaron a mi novela los dos presentadores, Antón Castro y Luis Alegre, como por la presencia de tantas personas que me acompañaron.

Gracias a todos: a Antón Castro y a Luis Alegre; a Siscu Pérez, director editorial de Ebook Planeta; a Hermelo Delgado, director de la Casa del Libro de Zaragoza; a Heraldo de Aragón; a Aragón Televisión; a la fotógrafa Aránzazu Navarro, autora de la foto que publico abajo; a Rafa Artal; al escritor y bibliófilo José Luis Melero; escritor Juan Bolea; al cantador Nacho del Río; a los empresarios Vicente Sánchez, Jaime García Machín, José Luis Orós, Juanjo Ariño y Fernando Vicente; a los periodistas Genoveva Crespo, Encarna Samitier, Raúl Gay, Enrique Abenia, Mariangel Laborda, Teresa Domingo, Jesús Zamora y Alba Azcutia; al arquitecto Sergio Sebastián; a la jefa de protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza, Gemma Fernández Ges; al profesor Fernando Latorre; a Javier Torres y a la escritora María Dubón; a Marisa Santiago; al coronel Manuel Alamán; a Cuchi; a Pilar Arau; a Ricardo Pedrol; a Ana Sanromán; al capitán de barco Luis Calavia; a mis queridas amigas Ana, Tere y Elena Cuello Arazo; a Javier; a Susana Grimal; a mis amigos Joaquín Capablo y Carmen María; a mis primos Ana Clau, Antonio Alastrué, Nacho Garrapiz y Mapi Plana; a mi tía Conchita Freixas; a mis hermanos Marga Alcubierre y Joaquín Clau; a mi sobrinísimo Pablo Clau, y a mi marido, Mariano Gistaín. A todos los que estuvisteis acompañándome en ese día, a los que no pudisteis venir, a todos los que compráis y leéis «Pétalos de luna». A todos, GRACIAS.

Le dediqué esta presentación a mi sobrina Laura Prieto, que ese día cumplía 19 años. Precisamente Antón Castro y Luis Alegre coincidieron en comparar algunos aspectos de «Pétalos de luna» con la película «Laura», de Otto Preminger.

_desabadopresentacion19435683_7a8ba5b5Foto publicada por Heraldo de Aragón el sábado 13 de febrero

 

Amigos

No es nostalgia,
es la antigua ternura que sobrevive a cualquier tiempo nuevo.
Es la tersa alegría, el fuego recurrente, el irse sin adioses, la presencia sedosa de la inocencia.
Es no estar nunca solos en el quicio de los años.

El tiempo recobrado.
Hermanos de tierra y de memoria.
Espejos donde los rostros se miran en las rosas frescas de ayer.
Ráfagas candenciosas de amor y de consuelo.

Escondites, piedras y sangre en las rodillas y en la frente.
La inmensidad de lo fugaz.
La ingenua cordura y los secretos. Las primeras respuestas.
Las balsas, las veredas.

Y, de nuevo, hermanos del principio.
Henos aquí, hoy y siempre. IMG_5891
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Yaya Concha, mi madrina

El día de la Inmaculada era su día, y lo será siempre para todos los que en este día nos reuníamos en torno a ella: hijos, nietos, sobrinos, cuñados, consuegros… Recuerdo su casa llena de gente que llegaba a felicitarla. Las copas de vino y los vasos de refrescos sobre la mesa. ¡Y las almendras garrapiñadas! (Nadie las hace tan ricas como ella). Era un gozo ver a tanta familia reunida. Unos hablaban de la siembra, otros de política, otros del vino y de las almendras, otros de los abrigos que estrenaban o de la película que vieron ayer… Y a ella no se le escapaba nada: nos observaba, nos escuchaba, nos amaba.

Era ejemplo y maestra para todos. Y su recuerdo sigue guiándonos.
Era señora de sí misma; seria, juiciosa, inteligente y diligente. Obraba siempre con rectitud y con prudencia.
Tenía genio e ingenio, entereza, buen gusto.
Tenía el arte de la conversación y encontraba siempre lo mejor de los demás.
Se tomaba la vida muy en serio.
Le interesaba la ciencia, la política, la literatura, la educación, el teatro, el cine, los medios de comunicación, la moda…

Nada ni nadie le era indiferente.

Fuente de magnanimidad y de generosidad,
poseía el don de la sabiduría, el don de la caridad y el don de la preocupación.

De los tres, yo he heredado el último.

Ojalá me pareciese más a ti, yaya.

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