En tanto que el verano se adormece
en las blandas praderas de los valles
y se acuesta en los bancos de las calles
cuando cesa el bullicio y anochece.
En tanto que los días se hacen breves
y tú, luna creciente, te apresuras
a templar de la noche la negrura,
y a soñar plenilunios ya te atreves.
En tanto que añoramos el verano,
las fiestas, los encuentros y la dicha,
todos nuestros recuerdos se hacen grano.
Otoño que preparas tu venida,
siembra con ellos esta sementera
veranos dulces que a gozar convidan.
Que fácil parece utilizar el castellano pero sigo pensando, y mas leyendo, que es un “arte”.
Muchas gracias, Miguel. Me hace mucha ilusión encontrarte aquí. Un beso.
Un gran Don María Pilar con las palabras,sentimientos,te agradezco tu sabiduría y creatividad innata,haces ver con calidad las cosas de la vida,la naturaleza,el amor,recibe un gran abrazo,besos.
Y yo te agradezco a ti tus palabras, Antonio. Un fuerte abrazo.
Renuncian a permanecer las hojas
(gotas del susurrante mar de ramas).
Por ver tu rostro cerca, pues te aman,
se lanzan a mirarte, se despojan.
Me alargo con las noches por tocarte
y acorto mis días mientras te invoco.
Si todo lo que en ti yo pienso es poco,
quiero ser artista: pensarte es arte.
Y sueño que te envío, en mi alegría,
los mil colores que a tus pies se enredan
y que, en la cálida tierra, te hacen mía.
Verterás tus cielos sobre mis manos.
Serás pilar de mis altos deseos.
Te derribaré al fin del verano.