Semillas de dicha

En tanto que el verano se adormece
en las blandas praderas de los valles
y se acuesta en los bancos de las calles
cuando cesa el bullicio y anochece.

En tanto que los días se hacen breves
y tú, luna creciente, te apresuras
a templar de la noche la negrura,
y a soñar plenilunios ya te atreves.

En tanto que añoramos el verano,
las fiestas, los encuentros y la dicha,
todos nuestros recuerdos se hacen grano.

Otoño que preparas tu venida,
siembra con ellos esta sementera
veranos dulces que a gozar convidan.

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5 pensamientos en “Semillas de dicha

  1. Antonio Rusiñol

    Un gran Don María Pilar con las palabras,sentimientos,te agradezco tu sabiduría y creatividad innata,haces ver con calidad las cosas de la vida,la naturaleza,el amor,recibe un gran abrazo,besos.

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  2. Northless

    Renuncian a permanecer las hojas
    (gotas del susurrante mar de ramas).
    Por ver tu rostro cerca, pues te aman,
    se lanzan a mirarte, se despojan.

    Me alargo con las noches por tocarte
    y acorto mis días mientras te invoco.
    Si todo lo que en ti yo pienso es poco,
    quiero ser artista: pensarte es arte.

    Y sueño que te envío, en mi alegría,
    los mil colores que a tus pies se enredan
    y que, en la cálida tierra, te hacen mía.

    Verterás tus cielos sobre mis manos.
    Serás pilar de mis altos deseos.
    Te derribaré al fin del verano.

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