Muchísimas gracias a todos los que me acompañasteis en la presentación de «La sobrina» en Huesca.
Gracias a Javier García Antón y a Roberto Cerdán por sus preciosas palabras.
La primera foto es de Pablo Segura
Cada presentación de «Pétalos de luna» es especial, pero la de Huesca reunía además algunas circunstancias que la distinguían: es la ciudad en la que nací y donde he vivido muchos años, y allí vive una buena parte de mi familia y muchos amigos y compañeros muy queridos. ¡Vinieron también casi todos mis amigos de Laluenga! Mi madre también estaba allí, mis hermanos, mi marido ¡Y mi sobrino Pablo!, a quien dediqué la presentación. Estaban Blanca, Olivia, Dulzis, Agni y Tony, Daniel y Marcos… Así que me sentía, por un lado, más confiada que en ningún otro lugar, y, por otro, con los nervios que impone querer responder a las expectativas y al cariño de todos los que vinieron a acompañarme.
Todos me lo hicieron muy fácil. Jamás olvidaré la presencia y el afecto de cada uno de los que estuvieron conmigo en ese momento. Gracias a todos con todo mi corazón.
Y gracias a Javier García Antón por su preciosa presentación, a Myriam Martínez por la magnífica crónica que escribió en el Diario del AltoAragón, a Pablo Segura por las dos primeras fotos que publico abajo, y al director del Centro Ibercaja Huesca, Roberto Cerdán, por las deliciosas palabras que me dedicó al introducir la presentación y por permitirme presentar mi novela en el Centro que dirige, un lugar muy especial para mí porque, entre otras cosas, fue el colegio en el que estudió mi padre.
Ver más fotos: http://www.gistain.net/mas-de-cien-personas-en-la-presentacion-de-petalos-de-luna-de-maria-pilar-clau-en-huesca/
«…desde la delectación amorosa hasta el desgarro más insoportable, del más seductor ambiente al más sórdido entorno, de la más fascinante seducción del Paraíso al más terrenal escenario urbano, de las orillas del Ebro al Pirineo, de la diversión a la desesperación, de la expectativa a la desesperanza. Todo está tamizado por ese velo de la belleza en la composición de la palabra, que se enseñorea en cuanto literariamente aborda».
«… las escenas fluyen entre exuberantes descripciones y ritmos diversos. Entre el torbellino, bien petulante, bien sincero, del género epistolar y la desconcertante realidad. Entre la apariencia del amor desnudo como móvil y la inquietante aparición de la duda, que ora queda aplacada, ora irrumpe impulsiva», dijo Javier García Antón, director del Diario del AltoAragón, en la presentación de «Pétalos de luna» en Huesca.
GRACIAS, Javier, y GRACIAS, Miriam Martínez, por estas palabras y por la excelente crónica que me dedicasteis en vuestro Diario.
Miraba “Miradas”, la exposición con la que la Fundación Ibercaja celebra el 75 aniversario de la apertura de la primera oficina de Ibercaja en Huesca.
Miraba las obras que se muestran en el Palacio Villahermosa. Las que acaparaban mi admiración en el instante de la fotografía eran dos acuarelas de Alejandro Brioso. Una vez lo vi pintar en su estudio. ¡Y yo que pensaba que en colegio lo había aprendido todo sobre la acuarela! ¡Qué ingenua! —eso pensé. Me admiró su técnica y también su obra; sobre todo, aquella que se centraba en la figura humana, aquellos viejos sentados en un banco tomando el sol, o la anciana vestida de negro mirando a la ventana.
Hay obras eternas, que van cambiando con el tiempo, otorgando nuevos sentidos a cada momento.
No se parecían en nada aquellas obras de Brioso a las que me descubrió la exposición de Ibercaja. Las nuevas me gustaron todavía más.
Me fascina observar la evolución: en las costumbres, en las cosas, en el arte y, por supuesto, en las personas. No importa que me guste o no el resultado, lo que me maravilla es la transformación misma, el movimiento.
Las obras que se pueden ver estos días en el Palacio Villahermosa poseen lazos ocultos que conectan pasado y presente. Obras eternas todas que, enraizadas en su tiempo y en su lugar, conceden a quien las mira la oportunidad de contemplar el progreso en veintiséis lienzos.
Y si me cautiva la belleza de la evolución, aún más me seduce la de la diversidad. “Miradas” es una ocasión única para conocer Huesca desde visiones diversas, surgidas todas ellas desde un conocimiento muy íntimo de su paisaje y de su alma.
La exposición, coordinada por Fernando Alvira, reúne obras de Ángel Gutiérrez Fanlo, Esteban Escartín, Leoncio Mairal, José María Lanzarote, Fernando Alvira, Fernando Badías, José Alvira, Alejandro Brioso, Josefina Álvarez, José Generelo, José Beulas, Asunción Laplana, Teresa Ramón y Julio Nogués.
La foto es de Javier Blasco.