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Carlos Barrabés: «El talento es la clave de los territorios»

Según el empresario Carlos Barrabés, nos encaminamos hacia un mundo cada vez más competitivo para el que se necesita un talento extra. Barrabés afirma que la base del discurso filosófico ha virado hacia las personas. «El mundo es personal y no local -dice el empresario-. El mundo es global por naturaleza y es también personal. Internet hace que el mundo sea personal. La localidad es secundaria». Explica Carlos Barrabés que «de ese mundo personal y global emergen las experiencias y de esas experiencias surge la marca y de esa marca surge el futuro: o tienes marca o eres low cost. Y tener marca exige crear historias y saber contarlas».

Barrabés dice que «estamos ante una  tercera revolución industrial en Occidente cuyo foco es humano. No puedes tener un empresa que cada día cuando abra no haga que el mundo vaya mejor. Las personas cuando utilizan los servicios y productos de una empresa tienen que tener una experiencia positiva; de otro modo, la empresa no tiene futuro».

La nanotecnología, la genética y la robótica son el futuro, según Barrababés, y la nueva productividad es la productividad de los recursos. El empresario afirma que el puesto de trabajo es cosa del siglo XX y que Internet nos va a permitir trabajar en diferentes lugares y tareas. Este pionero del comercio electrónico dice que solo tienen futuro los territorios que sean capaces de cultivar el talento e insiste en la importancia de crear escuelas, especialmente de diseño, por supuesto, digital, y en la necesidad de coinnovar, de establecer alianzas que motiven a explorar lo desconocido.

Os recomiendo ver esta conferencia que ofreció Carlos Barrabés en Barbastro en una jornada titulada «Redes sociales para vender» que organizó la Comarca del Somontano:

 

Encuentros de Comunicación en la empresa

El Centro Ibercaja Huesca ofrece el Ciclo de talleres «Encuentros de Comunicación en la empresa«, que comienza el próximo mes de octubre y se extenderá hasta mayo de 2016. El Ciclo se compone de cuatro módulos de dos meses de duración cada uno:

Módulo I (octubre y noviembre): Comunicar para vender.
Módulo II (diciembre y enero) Escribir y hablar bien, claves de una estrategia empresarial de éxito.
Módulo III (febrero y marzo) Creatividad: la ventaja competitiva primordial para tu empresa.
Módulo IV (abril y mayo) Periodismo de empresa.

Las clases son los lunes y los miércoles de 17 a 19h o de 19 a 21h.

Al final de cada módulo se ofrece un Módulo Exprés: un sábado intensivo de formación en las materias que se han impartido en los dos meses anteriores.

Podéis inscribiros y encontrar más información aquí.

Quizá parezca que la foto con la que acompaño esta información no tiene nada que ver con el Ciclo; sin embargo, sí tiene, ¡y mucho! porque en ese instante comuniqué y vendí. Os lo contaré a los que vengáis al curso.

Es una foto de Álvaro Calvo, premiado recientemente en el «Emerging Talent Awards 2015» de Lensculture, uno de los concursos más importantes del mundo dedicado a descubrir nuevos talentos de la fotografía.

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Literatura RSC

“No se puede huir de la vida. En mis tiempos no se hablaba tanto de felicidad. Si llegaba, la agradecíamos. Pero también hay otras cosas que son igual de importantes y que compensan y tranquilizan el espíritu: el deber, el sentido de la responsabilidad”.

Escuché esto recientemente en una película de 1942, Como ella sola, dirigida por John Huston y protagonizada por Bette Davis y Olivia de Havilland. Se me quedaron grabadas esas palabras con las que el padre responde a las quejas de su irresponsable hija sobre su infelicidad.

Sin sentido de responsabilidad es imposible encontrar sentido a la existencia. Cuando falta la responsabilidad sobrevienen la injusticia, el caos, el desconcierto, la desconfianza y la infelicidad.

Quien renuncia a su responsabilidad está renunciando a su libertad.

«Vivir exige mucha responsabilidad”, dice Sándor Márai en su novela La hermana. Y la responsabilidad, además de libertad, implica valentía. La responsabilidad tiene que ver con elecciones ante una encrucijada de alternativas. Estamos constantemente eligiendo; a veces de manera consciente y otras de manera inconsciente.

El escritor debe tener un sentido muy exigente de la responsabilidad personal. El ejercicio de escribir obliga a elegir en cada frase, en cada palabra, en cada pensamiento y, como no, en cada personaje que construimos.

“Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos”, dijo José Saramago. También los personajes literarios son según son su memoria y su responsabilidad.

Uno de los personajes literarios que más me fascina y precisamente por su estricto sentido de la responsabilidad, es Johanna Sansíleri, protagonista de la última novela de Álvaro Pombo. Cuando muere su marido, descubre que había estado engañándola durante años, que tuvo una doble vida con otra mujer y, lejos de culparle a él o la otra mujer, busca en sí misma el motivo que llevó a su marido a engañarla.

También otro personaje, Henrik, de El último encuentro (Sándor Márai) asume, si bien casi al final de su vida, que tuvo su parte de responsabilidad en la infidelidad de su esposa.

La responsabilidad tiene que ver con la conciencia, con estar presente en cada acto. La realidad es el resultado de actos racionales y de impulsos irracionales. Y también la ficción, puesto que son los personajes los que legitiman la acción.

“Nos guste o no, todo lo que nos sucede es consecuencia de las decisiones que tomamos en el pasado”, dice Clara Barrabes, la narradora de Pétalos de luna.

Muchísimas gracias a Social in Way por invitarme a participar en sus interesantísimos cafés RSC.

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Aquí podéis ver la película completa de John Huston que mencionaba al principio:

 

La urgencia de actuar

Cuando presenté “Pétalos de luna” en Madrid, junto con Maribel Verdú, Jorge Sanz y Luis Alegre, hablé de la alegría que suponía para mí publicar en ebook. ¡Mi novela en una pantalla! “Y al cabo —añadí— ¿no pensáis que el valor de una novela está en la propia novela (el lenguaje, la historia, los personajes, las emociones que es capaz de causar…) y no en el formato?” (Por cierto que tanto Maribel como Jorge afirmaron que la querían en pantalla, pero en pantalla grande, y con ellos como protagonistas).

Así lo dije y así lo pienso; sin embargo, ahora que ha transcurrido algo más de un año después de aquel entrañable y divertidísimo acto de presentación, y pese a que continúa produciéndome la misma alegría que entonces ver “Pétalos de luna” en un libro electrónico; aspiro (además de a disfrutarla en la pantalla grande), a verla impresa en papel. Aspiro a tocarla, a olerla (como dicen los amantes de las hojas) para que aquellos que aún no leen en formato digital, puedan leer mi novela. Para que nadie de cuantos se han interesado por ella se quede sin leerla.

Empecé así la presentación de la novela:
«Pétalos de luna» es una novela que recuerda la urgencia de actuar.

El II Congreso del Libro Electrónico que se ha celebrado estos días en Barbastro ha puesto también de manifiesto la urgencia de actuar: de unir esfuerzos de libreros, bibliotecarios, editores y escritores; de facilitar la lectura, de dar al lector lo que quiera y donde lo quiera; de crear un mercado de libros único para quienes hablamos el mismo idioma; de dejar de poner impedimentos que lo único que hacen es favorecer la piratería… y de otras urgencias que tan bien ha plasmado Darío Pescador en las conclusiones del Congreso.

Enhorabuena a Fernando García Mongay por idear y poner en marcha este encuentro que no solo invita a la reflexión y a la puesta en común, sino, sobre todo, a la acción. Enhorabuena y muchas gracias por haberme invitado a participar en él. Ha sido muy importante para mí. Fue un lujo compartir la mesa redonda con Antón Castro, Luz Gabás y Esteban Navarro.

Las fotos son del maravilloso artista Álvaro Calvo. Todo un lujo.

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Del ebook al papel o los caminos del éxito

Del ebook al papel o los caminos del éxito es el título de la mesa redonda en la que participaré el próximo miércoles, 30 de octubre, en el Congreso del Libro Electrónico.

El ebook y el papel son solo los soportes.
Lo esencial, la obra, la literatura.
¿Los caminos? Cuando la obra está escrita y publicada, en un formato o en otro, ya hay muchos caminos recorridos.
¿Y el éxito? Éxito es haber conseguido escribirla. Es sentirse satisfecha con ella. Es publicarla. Es que guste, que emocione, que se aprecie como una buena novela. Es que te hablen de su calidad literaria. Es que te escriba un lector y te dé las gracias por haberla escrito. Son todas las alegrías que se derivan de haberla publicado. Y es, por supuesto, que la lea y la disfrute el mayor número de personas posible. Y aquí, únicamente aquí, es donde el formato (ebook o papel) determina la diferencia.
Muchas personas no han leído “Pétalos de luna” porque no está publicada en papel, solo está en ebook.
A pesar de que para mí lo único que importa de una novela es su calidad literaria y no dónde y cómo la lees, confieso que hasta hace algo más de un año, asociaba el placer de leer con el libro en papel. Sin embargo, quizá a raíz de la publicación de “Pétalos de luna” en ebook, o tal vez solo porque los nuevos tiempos van trayendo cosas nuevas, comencé a acostumbrarme a leer en formato electrónico y voy encontrando en este cada vez más ventajas: es mucho más barato (“Pétalos de luna”, por ejemplo, solo vale 3,99€, o 3,79, según dónde se compra); no hay que quitarle el polvo; lo llevas contigo para leerlo en cualquier parte sin tener que soportar peso adicional; adaptas el tamaño de letra a tu capacidad de ver; puedes subrayar, escribir comentarios, encontrar el significado de una palabra en el diccionario solo con hacer clic sobre esa palabra…
Si es una buena obra, me produce idéntico placer leerla en ebook que leerla en papel. Y si no lo es, no me gusta en ninguno de los dos soportes. El modo en que se lee no añade ni quita nada ni a los personajes, ni al argumento, ni al lenguaje…
He releído en formato electrónico algunas novelas: Cien años de soledad, Fortunata y Jacinta, El retrato de Dorian Grey, Luz de Agosto, Marianela, Una mujer sin importancia, Doña Perfecta, etc. Y las he disfrutado igual que en su momento los disfruté en papel. Y he leído otras nuevas como por ejemplo La transformación de Johanna Sansíleri, novela que incluyo entre mis favoritas y entre las que más me han marcado.
Después de escribir todo esto, ¿cuáles diría que son los camino del éxito? Si entendemos por éxito que compren y lean la novela cuantas más personas mejor, el éxito es que la publiquen en todos los formatos, en ebook y en papel. Porque hay una parte del camino que recorre el autor, pero hay otra que hace el lector, y es necesario abrirle todas las vías para que transite hacia la novela por la que le resulte más fácil, o por la que más le apetezca.
A mí me queda por recorrer esa parte del camino, la que lleve a “Pétalos de luna” al papel para acercarla a más lectores.
Entre tanto, podéis comprarla en ebook en diversas páginas.
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José Antonio Marina: «La culminación de la inteligencia es la bondad»

“La culminación de la inteligencia no es el conocimiento, sino la bondad”, dijo el filósofo José Antonio Marina este jueves en Zaragoza. Para él, el sistema educativo se ha equivocado en la jerarquía de los asuntos: ha puesto siempre la verdad como objetivo y, de esta manera, hemos progresado en ciencia y en otras materias de conocimiento, pero hemos fracasado en resolver problemas fundamentales que se habrían resuelto si el objetivo hubiera sido la bondad.

Una persona buena es “una persona que sabe cuál es la mejor solución a un problema que afecta a una comunidad y, además, tiene la valentía de ponerla en marcha”. La función de la inteligencia “no es conocer –aseveró el filósofo–, sino dirigir bien el comportamiento aprovechando la mejor información posible, gestionando las emociones y ejecutando las decisiones”.

“De nada vale que el entendimiento se adelante si el corazón se queda”, escribió el aragonés Baltasar Gracián, y ayer lo citó José Antonio Marina para ilustrar la importancia de las emociones y los valores en el desarrollo del talento. La capacidad de generar talento es hoy la principal fuente de prosperidad y nivel de vida de un país, y es necesario generarlo, apuntó Marina. Pero hablar del talento no es hablar de inteligencia, sino del uso de la inteligencia. Definió el talento como “la capacidad de elegir bien las metas y movilizar los conocimientos emociones y decisiones necesarias para alcanzarlas”.

Todos necesitamos sentir que progresamos, sentir que ampliamos nuestro campo de acción, y para ello hemos de ponernos metas. “Mediante las metas nos seducimos desde lejos con un proyecto bello, porque no estamos hechos para la mediocridad”, dijo José Antonio Marina y subrayó que es importante no perder en ningún momento el significado de lo que estamos haciendo, no olvidar que estamos en el camino hacia esa meta. 

José Antonio Marina ama la poesía porque cree que ilumina la realidad, «nos descubre los pequeños tesoros que están en las cosas y nos pasan inadvertidos y nos hace ver lo cotidiano de un modo más brillante, más emocionante, más divertido». Y ama el baile (quiso ser bailarín) por la capacidad que tiene de transformar el esfuerzo en una cosa bella, algo que, según él, no se da solo en el baile, también se da en el pensamiento, en las relaciones y, por supuesto, en el aprendizaje.

Estamos en la era del aprendizaje, la era que nos exige a todos el esfuerzo de seguir aprendiendo cada día y para siempre; sin embargo, ese esfuerzo “no es una condena sino una bendición que nos mantiene jóvenes”. Puesto que hemos de seguir aprendiendo, ¿por qué no nos ponemos como objetivo la bondad?

José Antonio Marina en Patio de la Infanta de Ibercaja junto con la directora de la Obra Social, Teresa Fernández, y la responsable del Ciclo "Educar para el futuro", Ana Farré.

José Antonio Marina en Patio de la Infanta de Ibercaja junto con la directora de la Obra Social, Teresa Fernández, y la responsable del Ciclo «Educar para el futuro», Ana Farré.

Simpatía y empatía

Según mis padres y mi DNI, nací un 15 de octubre, fecha en la que se celebra la festividad de una gran santa y escritora, Santa Teresa de Jesús. También un 15 de octubre, el del año 77 antes de Cristo, nació Virgilio, autor de La Eneida, una magnífica epopeya que llegué a saberme casi de memoria de tanto usarla en mis clases de Latín. Durante más de una década, desde que estudiaba primero de Filología, y mientras ya ejercía como periodista, dar clases particulares de Latín era en mi vida un hábito tan arraigado y casi tan necesario como lo eran levantarme por las mañanas, comer, llamar por teléfono a mis padres o quedar con mis amigos.

Era una cuestión de máxima importancia para mí que los conocimientos que había adquirido, que mis habilidades y que mi propia experiencia ayudaran a otros a conseguir su objetivo (y el de sus padres): aprobar.

Ser a un tiempo estudiante y profesora era una gran ventaja porque no me costaba nada ponerme en el lugar de mis alumnos: los escuchaba, los observaba y descubría así tanto sus fortalezas como sus debilidades. Las primeras me servían para elevarlos por encima de las segundas de manera que estas últimas no supusieran ningún obstáculo para lograr su propósito. Todos eran muy inteligentes, alguno adolecía de dificultades para concentrarse, otro para memorizar, otro para distinguir entre dos formas verbales…  y a otros, simplemente, no les gustaba el Latín. Partiendo siempre de lo mejor que tenía cada cual, me dedicaba con unos a trabajar la concentración, a otros les enseñaba trucos para recordar o para distinguir los verbos… y a otros intentaba contagiarles mi amor por el Latín explicándoles con detalle el proceso por el cual yo me enamoré de esta lengua.

No quisiera escribir algo que no sea verdad y les aseguro que no recuerdo que ningún alumno suspendiera (ni Latín, ni otras asignaturas que les daba).  El secreto no estaba mis conocimientos (al menos yo nunca lo creí), el secreto estaba en dos palabras griegas συμπάθεια (simpatía) y ἐμπαθής (empatía). El afecto y la identificación con el otro eran lo primero, después venía la transmisión de conocimientos y, a continuación, el buen resultado.

Cuando el trabajo ya no me dejaba tiempo para ello, tuve que dejar las clases. Las añoré durante mucho tiempo. Por suerte ahora también doy otros cursos y, aunque las materias son distintas, ni el afecto ni la identificación han cambiado.

Anoche un amigo escribió dos comentarios en uno de mis post de Facebook:

“Tuve una profesora de Latín estupendísima, te acuerdas?? Lograste que Domeño me aprobara!!! ya no se sí por mis análisis y traducciones del Libro de las Galias o por que le caías muy bien, sería por eso!!! Ahora me dedico a las ciencias ya ves tú un… besazo».
Rosa rosae me gustó gracias a ti, aún te veo como una profesora, eh!! Jaja con cierto respeto…. «

Me emocionó recordarlo, y me hizo mucha gracia eso de de “con cierto respeto”. Yo también conservo siempre un respeto especial por quienes son y han sido mis alumnos.  ¡Gracias Toño, por ese comentario tan sorprendente!

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Pregón Fiestas de Laluenga 2013

He tenido el privilegio de ser pregonera de las Fiestas de Laluenga 2013. Este es el pregón que he leído hoy a las 12 horas desde el balcón del Ayuntamiento. 

Queridos vecinos, amigos y familia:

No hay honor comparable al que le otorgan a una en su propio pueblo, y ser pregonera de las fiestas de Laluenga es para mí el mayor privilegio que puedo recibir. No sé si lo merezco, pero me siento orgullosa, feliz y henchida de gratitud.

Laluenga está en el mejor punto del planeta, decía mi abuelo. Y yo sé que tenía toda la razón. Me asomo a la terraza y admiro nuestros campos, nuestro cielo, las montañas que otean envidiosas, el Pueyo, que nos ha reservado su cara más espléndida. Pozos, huertos, balsas, eras y caminos. Laluenga está en mí, como decía Borges, “igual que un poema que aún no he podido contener en palabras”.

Tenemos una historia milenaria y un rico patrimonio cultural. Nuestra hospitalidad proverbial acogió a San Antonio de Padua. De la fértil savia de Laluenga dimanan personajes tan ilustres como Basilio Paraíso, al cual debe mucho Aragón, España y hasta el comercio internacional. Pero lo que hizo más insigne a Paraíso a nuestros ojos fue que nunca se olvidó de su pueblo natal.

Esta tierra de Laluenga en la que se hallan clavadas nuestras raíces ha producido este año una cosecha como no se recuerda. ¡Y vamos a celebrarlo! Y vamos también a dar las gracias porque tal vez lo extraordinario de la siega se deba a las rogativas que las mujeres hicieron el año pasado. Es justo que demos las gracias como es justo que no olvide en este pregón a la patrona a la cual veneramos con nuestras fiestas: Santa María Magdalena.

Nos han hablado de la pecadora, de la arrepentida… María Magdalena fue una mujer que buscó desesperadamente el Amor y, cuando por fin lo encontró, fue la que más amó, la más fiel, la más entregada. Amó al humillado, al condenado, al moribundo, amó a Jesús hasta su trágica soledad en la muerte. No es extraño pues que sea patrona de Laluenga una mujer tan real, tan viva; un corazón de fuego al que le fue dado ver la Luz invencible.

Querido pueblo: La fiesta va a comenzar. Nuestra voluntad está dispuesta a dejarse subyugar igual que cuando comenzamos a leer una novela o estamos a punto de ver una gran ópera. Nuestro ánimo está presto a sumergirse en el alma de lo que le espera en estos días anhelados todo el año. La emoción nos arrebata. Belleza y misterio estallan y nos acercan, por unos días de eternidad, al absoluto, al sentido más profundo de la vida, ese que explica y justifica nuestra existencia.

Puesto que estamos en esta plaza, la plaza de nuestros recreos y de nuestros primeros bailes, permitidme que acabe con unas palabras de aquel a quien debe su nombre:

“El porvenir visto desde lo alto de la cuesta de la vida suele ofrecer perspectivas de vértigo. El porvenir es vuestro. Lo único que yo podría pediros es que lo encadenarais al bien, a la prosperidad y al engrandecimiento de este pedazo de tierra donde hemos recibido las primeras caricias, donde viven nuestros amores y donde reposan las cenizas de los que amamos y nos abandonaron”.

Por mi parte, lo único que voy a pediros es que disfrutéis, y que encadenéis el hechizo, la fraternidad, la emoción compartida de las fiestas, al engrandecimiento de este pedazo de pueblo que es mi mejor sueño.

¡Viva Laluenga!

¡Viva Santa María Magdalena!

PILARcOMISIÓN

Optimismo. El arte de vivir

El optimismo es la forma de comunicación más cordial, eficaz y próspera posible que uno puede establecer consigo mismo. Al hablarse y escucharse de este modo, uno se reconoce autor de su propio destino, artista en cuyas manos se encuentra la habilidad de embellecer la vida que está por venir.

La Asociación Cultural San Roque de Pallaruelo de Monegros me pidió que diese una conferencia en sus jornadas culturales. El tema lo dejaron a mi elección. Me sentí doblemente halagada: por la estimación y por la confianza, y busque el mejor tema que podía ofrecerles.

En mi biografía de Twitter digo que soy “Escritora, periodista y casi siempre optimista”. Y digo “casi siempre” porque a veces no consigo serlo o, sencillamente, no me da la gana (también soy un poco tozuda conmigo en ocasiones). Sin embargo, confieso que, cuando lo soy (optimista quiero decir ahora), obtengo todas las cosas buenas que en algún momento de mi vida me he atrevido a soñar.

Y, puesto que conozco ese código y tengo cierta experiencia en formularlo y comprenderlo, decidí que fuera este el tema de mi conferencia. “Optimismo. El arte de vivir”, la titulé.

Me acompañó en la mesa Mariano Gistaín, quien se ocupó de ir ilustrando la conferencia con retazos de historias personales y notas de humor que arrancaron las risas del público. Tuvimos un público de lujo y un presentador extraordinario: Paco Lasierra, el gran cantador de jotas conocido y reconocido como el Chato.

Gracias a Lourdes Alcubierre y a todos los miembros de la Asociación Cultural  San Roque, y a todos los vecinos de Pallaruelo de Monegros que asistieron a la conferencia. Fue una tarde preciosa.

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