Así hablaba Luis Buñuel de Federico García Lorca:
«De todos los seres vivos que he conocido, Federico es el primero. No hablo
ni de su teatro ni de su poesía, hablo de él. La obra maestra era él. Me parece,
incluso, difícil encontrar alguien semejante. Ya se pusiera al piano para interpretar
a Chopin, ya improvisara una pantomima o una breve escena teatral, era
irresistible. Podía leer cualquier cosa, y la belleza brotaba siempre de sus labios.
Tenía pasión, alegría, juventud. Era como una llama.
Cuando lo conocí, en la Residencia de Estudiantes, yo era un atleta provinciano
bastante rudo. Por la fuerza de nuestra amistad, él me transformó, me
hizo conocer otro mundo. Le debo más de cuanto podría expresar.»
Luis Buñuel, Mi último suspiro.
No puedo hacer un halago personal a quien los merece todos, ni mucho menos un canto a su obra que merece una traviata, quizás lo qué me queda es el sueño de los imposibles y sus preguntas,¿ que pasaria si no lo hubieran fusilado?¿ cuantas obras se quedaron en el tintero?¿ cuantos poemas callados?¿cuanta sensibilidad sin expresar? tampoco a su amigo Buñuel genio lleno de creatividad absoluta su muerte nos dejo sin su obra tambien surgen preguntas y,¿ que hubiera pasado si hubiese nacído en Estados Unidos? ¿y si hubiera vivído algún tiempo más?, ¿cuantas peliculas nos habría dejado como legado?son un poco egoístas por mi parte, pero solo se reclama lo qué se extraña con admiración, y en el lamento de qué no merece nadie que lo fusilen por ideales ni por cualquier otra causa.
Muchas gracias por compatir aquí esa reflexión tan interesante y tan sentida, José Manuel.