El primer día más importante de mi vida fue un 31 de marzo, el día que nació mi hermana.
Mis hermanos son yo misma. Yo soy ellos.
No igual que yo (ellos son mucho mejores), sino yo.
No una parte de mí, sino yo.
No una prolongación de mí, sino yo.
Y yo, ellos.
Somos la misma sustancia, la misma sangre, el mismo misterio.
Somos el mismo amor que ama al otro igual que a sí mismo, que es también el otro.
Maria Pilar,que entrañable y emotiva tu descripción y devoción por tu familia.Es hermoso como lo escribes tienes magia,en el corazón de tu amor,deseo que siempre puedas estar en dicha,y los tuyos felices a tu lado,un gran abrazo,besos de Antonio.
Gran María Pilar, que gran amor se desprende de tus palabras,emocionan,y son de una hermosura singular,que felicidad que devoción tan expresiva,deseo que disfrutéis siempre de lo que tus sentimientos desprenden,el de una família unida por y para el querer,un gran abrazo,besos.
Muchísimas gracias a ti, Antonio, por tan amables y cariñosos comentarios, y también por tus buenos deseos. Otro gran abrazo para ti.