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Feliz cumpleaños, Federico García Lorca

Hoy hace 117 años que nació Federico García Lorca.
Y los cumple en el corazón de todos los que amamos la poesía, el teatro, la literatura… y, en definitiva, la libertad y la vida.
Quisiera que me cupiese aquí toda su obra, todos los homenajes que le han hecho, los reportajes, los documentales…
Todo para celebrar su vida, su grandeza.
No me cabe aquí todo, pero sí copiaré aquí uno de sus sonetos (Ya sabéis cuánto me gustan los sonetos).
Y dos canciones: “Take this waltz”, adaptación del “Pequeño vals vienés” -perteneciente al poemario Poeta en Nueva York- de Leonard Cohen, y el Romance de la luna luna interpretado por la aragonesa Carmen París.
Feliz cumpleaños, Federico.

El amor duerme en el pecho del poeta

Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.
Oye mi sangre rota en los violines.
¡Mira que nos acechan todavía!



Me anticipé un día. El cumpleaños de García Lorca es el 5 de junio y no el 4. Pero yo ayer creí que ya era 5. Será que tenía muchas ganas de recordar al poeta, de volver a leer su obra. Un aniversario siempre es una buena excusa para hacerlo.

José Antonio Marina: «La culminación de la inteligencia es la bondad»

“La culminación de la inteligencia no es el conocimiento, sino la bondad”, dijo el filósofo José Antonio Marina este jueves en Zaragoza. Para él, el sistema educativo se ha equivocado en la jerarquía de los asuntos: ha puesto siempre la verdad como objetivo y, de esta manera, hemos progresado en ciencia y en otras materias de conocimiento, pero hemos fracasado en resolver problemas fundamentales que se habrían resuelto si el objetivo hubiera sido la bondad.

Una persona buena es “una persona que sabe cuál es la mejor solución a un problema que afecta a una comunidad y, además, tiene la valentía de ponerla en marcha”. La función de la inteligencia “no es conocer –aseveró el filósofo–, sino dirigir bien el comportamiento aprovechando la mejor información posible, gestionando las emociones y ejecutando las decisiones”.

“De nada vale que el entendimiento se adelante si el corazón se queda”, escribió el aragonés Baltasar Gracián, y ayer lo citó José Antonio Marina para ilustrar la importancia de las emociones y los valores en el desarrollo del talento. La capacidad de generar talento es hoy la principal fuente de prosperidad y nivel de vida de un país, y es necesario generarlo, apuntó Marina. Pero hablar del talento no es hablar de inteligencia, sino del uso de la inteligencia. Definió el talento como “la capacidad de elegir bien las metas y movilizar los conocimientos emociones y decisiones necesarias para alcanzarlas”.

Todos necesitamos sentir que progresamos, sentir que ampliamos nuestro campo de acción, y para ello hemos de ponernos metas. “Mediante las metas nos seducimos desde lejos con un proyecto bello, porque no estamos hechos para la mediocridad”, dijo José Antonio Marina y subrayó que es importante no perder en ningún momento el significado de lo que estamos haciendo, no olvidar que estamos en el camino hacia esa meta. 

José Antonio Marina ama la poesía porque cree que ilumina la realidad, «nos descubre los pequeños tesoros que están en las cosas y nos pasan inadvertidos y nos hace ver lo cotidiano de un modo más brillante, más emocionante, más divertido». Y ama el baile (quiso ser bailarín) por la capacidad que tiene de transformar el esfuerzo en una cosa bella, algo que, según él, no se da solo en el baile, también se da en el pensamiento, en las relaciones y, por supuesto, en el aprendizaje.

Estamos en la era del aprendizaje, la era que nos exige a todos el esfuerzo de seguir aprendiendo cada día y para siempre; sin embargo, ese esfuerzo “no es una condena sino una bendición que nos mantiene jóvenes”. Puesto que hemos de seguir aprendiendo, ¿por qué no nos ponemos como objetivo la bondad?

José Antonio Marina en Patio de la Infanta de Ibercaja junto con la directora de la Obra Social, Teresa Fernández, y la responsable del Ciclo "Educar para el futuro", Ana Farré.

José Antonio Marina en Patio de la Infanta de Ibercaja junto con la directora de la Obra Social, Teresa Fernández, y la responsable del Ciclo «Educar para el futuro», Ana Farré.